Con pequeños gestos que modifiquemos en nuestra rutina podemos, además de reciclar y cuidar el medio ambiente, ahorrar mucho en el día a día. Son cosas a las que no le damos importancia, y en la economía familiar, al final todo suma más de lo que nos pensamos. Aquí os dejo unos trucos que espero os ayuden a economizar un poco.
Cuando nos duchamos desperdiciamos cerca de 10 litros de agua hasta que sale caliente. Para aprovechar ese agua podemos llenar el cubo de la fregona y si tenemos plantas, podemos llenar la regadera o botellas para regarlas. Si sois much@s de familia lo notareis bastante al final de mes.
El agua de la lavadora también se puede aprovechar para limpiar artículos como la fregona, el recogedor, los platos de las plantas y otros utensilios. De esa manera ahorras el agua que utilizas normalmente para limpiar esos artículos.
Si observas que un grifo gotea, repáralo. Esas perdidas de agua aunque parezcan imperceptibles, van sumando gasto de agua.
Pon en la cisterna del wáter. una botella de agua llena para que cuando vacíes la cisterna y está se recargue, no consuma tanta agua.
Si tienes aire acondicionado, puedes utilizar el agua que expulsa para la plancha e incluso para hacer un circuito interno y que el agua llene la cisterna del wáter. Para las plantas también es muy buena ese agua.
Cuando friegues los platos, primero ponles el jabón con el grifo cerrado y luego los enjuagas. Con el lavavajillas se ahorra mucha agua, si puedes hazte con uno. Además de ganar en comodidad, ahorraras agua.
A la hora de lavarte los dientes, apaga el grifo mientras te cepillas los dientes. Cuando te lavas las manos, una manera de ahorrar, es diluir el jabón de manos. En vez de abrir el grifo te echas el jabón diluido, te lavas y luego enjuagas.
Durante el afeitado, en vez de abrir el grifo cada vez que descargues la cuchilla, es mejor llenar el lavabo con un poco de agua y ahí se va descargando.
Cambia todas las bombillas de tu casa por unas de bajo consumo. Aunque hay que hacer una inversión inicial, en un año se amortiza esa inversión con el ahorro en la factura de la luz.
Cuando compres un electrodoméstico fíjate que sea de clase A+. Si tienes alguno muy antiguo, merece la pena cambiarlo por uno nuevo.
En invierno procura tener la casa bien aislada para evitar que el calor acumulado se escape por las rendijas de las ventanas.
No enciendas la luz si no es necesario. Tanto en tu comunidad como en casa, a veces encendemos la luz por inercia, y muchas veces no es necesario.
No dejes los electrodomésticos en stand by. Aunque un LED consume muy poco, muchos van aumentando el gasto. Por la noche, desconecta todos los enchufes que no sean necesarios. Aunque no este en uso el electrodoméstico, algo de electricidad gasta.
Cuando cocines en vitro cerámica, apagalo antes de terminar la cocción y sigue cocinando con el calor residual.
Con los aparatos de aire acondicionado no abuses de la temperatura. No tiene sentido pasar frío en verano y un calor excesivo en invierno.
Antes de encender la luz, abre las ventanas para que entre la luz natural.